Londres – Octubre de 1996 y Singapur – Abril de 1997
El verano de 1996 lo pasé trabajando en un hotel del Arenal d'en Castell. Acabada mi estancia en Alemania, llegué a Menorca sobre el mes de Mayo y ya no iba a encontrar trabajo de informático en España por esas fechas. O eso pensaba yo, así que para pasar un verano entretenido y haciendo cosas nuevas pensé en trabajar en el turismo. Además así podría practicar mi recientemente medio-aprendido idioma alemán. Surgió la posibilidad de trabajar de animador de deportes y me tiré a la piscina: deportes de día (desde ping-pong a waterpolo, de fútbol a voley playa) con turistas ingleses, alemanes e italianos básicamente. Por la noche, participaba en la animación del hotel. Playbacks, bailes, concursos, etc. Un verano divertido y muy diferente. Las primeras semanas casi me echan por no bailar bien en los espectáculos. Me salvó el hacerlo bien con los deportes e idiomas... Ese fue oficialmente mi primer trabajo en España.
Al final del verano ya iba buscando trabajo “serio”. Por aquel entonces buscaba en Madrid. Ya había estudiado 6 años en Barcelona y me apetecía probar allí. Hice una entrevista telefónica con SEMA Group (una empresa multinacional de consultoría informática) y luego fui a una entrevista. La cosa fue bien y me dijeron que me querían para ir a Atlanta, aunque primero debería pasar unos meses en Londres para aprender las tecnologías que usaban para facturación de la incipiente telefonía móvil. Me pagaron un segundo viaje a Madrid en el que conocí al que sería mi jefe en Londres y me ficharon. Muy buenas condiciones económicas y muchas posibilidades de viajar. Proyecto en C e Ingres con mucho Cobol en otras partes del producto.
En el mes de octubre llegué a Londres con otras dos personas que ficho la empresa e iban a realizar tareas parecidas a las mías: un chico y una chica de Bilbao. Allí me integré en una parte del producto de facturación que traducía datos de llamadas entre diferentes formatos. Me tocó hacer uno (se llamaba “Data Capture”) para un proyecto en Singapur. A los pocos meses ya ni me acordaba, pues trabajaba arreglando cosas del proyecto en Bolivia. Ya veis, los de SEMA Group vendían el producto por todo el mundo y afortunadamente había que ir in-situ a hacer instalaciones! Bien, ni me acordaba del proyecto en Singapur, pero en la reunión de departamento de esa tarde hubo un murmullo general cuando yo entré en la sala de reuniones. Enseguida empezaron a hablar de mi: debía viajar a Singapur esa misma noche o a la mañana siguiente lo más tarde. El proyecto se lanzaba a producción a final de mes y faltaba poco más de una semana. Y parece que tenían pegas. Esa noche tenía teatro con unos amigos alemanes, así que metí toda mi ropa (sucia) en la mochila y a la mañana siguiente estaba volando “business class” hacia Singapur.
Una vez allí, al salir del avión se notó un calor y humedad tremendos. Tenía reserva en el Hotel Mandarín, una auténtica pasada de hotel, con Sandokanes recibiéndote en la puerta y recogiendo tu equipaje. Piso 26, magníficas vistas y buen servicio de lavandería para toda mi ropa sucia. Al día siguiente me debía presentar en las oficinas de SEMA en la ciudad. No me dieron la dirección, así que entre mis documentos busqué un teléfono y me informé de dónde debía ir.
En las oficinas me asignaron un cubículo minúsculo (como los de los demás) y me dejaron un ordenador. Trabajabamos con un PC conectado como terminal a un Alpha de Digital (sistema VMS como los que usábamos en las prácticas de la carrera). Mi programa no funcionaba bien, así que me puse al ataque. Afortunadamente pude solucionar el problema en pocos días y luego me asignaron trabajillos para el resto de las tres semanas que iba a pasar allí. Todo un lujo, otros compañeros que fueron allí no vieron la luz del día. Yo, en cambio, podría visitar la isla un poco cada día al salir del trabajo. Cada mañana me compraba un zumo diferente para desayunar, buenísimos, mientras iba andando al trabajo. También había un centro comercial cerca del trabajo dónde podía comer comida asiática variada a buen precio y luego por la noche me dediqué a patear toda la ciudad. Zonas y habitantes de origen inglés, malayo, chino e indio. Realmente interesante para una isla la mitad de tamaño de Menorca y con 3 millones de habitantes. Por la noche, muchos sitios dónde salir a bailar y escuchar música en vivo. Recuerdo en especial uno llamado Papa Joes”. Salí varias veces con un inglés de mi empresa y también con un chico local gordito muy simpático que llevaba 3 móviles en la riñonera, siempre dispuesto a recibir llamadas de trabajo.
Aquí tenéis una lista de cosas que ví esos días.
El último fin de semana me pillé un día libre y fui en tren a la frontera con Malasia (Johor Bahru). De ahí fui a la ciudad de Melaka, que no me convenció y luego crucé el país para ir a unas cascadas y unas playas vírgenes increíbles en la costa Este de la península. A las playas me llegué en taxi y le dije que esperara mientras yo nadaba tranquilamente, casi sólo en la playa. Estaba cobrando buenas dietas por cada día allí y además Malasia era barato!
A la vuelta de Malasia ya me tocó regresar a Europa y una vez en Londres contar a mis amigos las aventuras vividas.
Pocos meses después, en Julio, mis jefes de Madrid me dijeron que era hora de ir a Atlanta. Pasé unos días en Menorca durante los cuales se casó mi hermano Pepe y luego vía Madrid volé a Atlanta a pasar un año de trabajo estupendo. Ya lo comentaré en futuras entradas del Blog...
¿Y qué hay del secador? No me digas que llenaste tu maleta de ropa sucia y se te olvidó coger el secador, ay ay...
ResponderEliminarEn un hotel de 5 estrellas tienen secador. De todas formas no me seco el pelo. Gracias por la aportación!
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