Darmstadt, marzo de 1995 a marzo de 1996
Durante el año 1994 estuve en la mili en Menorca. Después del verano, cuando ya me quedaba poco para acabar empecé a buscar trabajo. Era mucho más laborioso que ahora. No teníamos acceso a Internet y todo era por carta. Primero busqué en Madrid, luego fui ampliando los horizontes. En Toulouse me habían dicho que podría volver, así que trabajo tenía. De todas formas, siempre me gusta mirar adelante, así que no me conformaba con volver allí...decidí rellenar los formularios para ir de Young Graduate Trainee a la ESA.
Centro de control de Satélites de la ESA
Durante el año que había estado en Toulouse, se hablaba mucho de la ESA: eran uno de nuestros principales clientes. Allí me hablaron de que para jóvenes ingenieros era posible pedir ir de becario por un año con condiciones excepcionales. Los formularios para acceder no eran sencillos de rellenar. En muchos campos no sabía bien que poner. Así y todo lo intenté y unos meses después recibí un telegrama diciendo que me pagaban un vuelo y dos días en Darmstadt (a unos 20 Km al sur de Frankfurt) para ir a una entrevista en el ESOC. Yo hubiese preferido ir al ESTEC en Holanda, pero es lo que había...
Llegué a Frankfurt en avión y luego a Darmstadt en tren. Allí fui al hotel dónde nos íbamos a alojar: yo y todos los otros candidatos, éramos unos 20 para una docena de plazas. Muchos de ellos trajeados. Yo iba con americana pero sin corbata. Recuerdo comentar con Joan (que llevaba un traje de El Corte Inglés) que yo así iba más cómodo. Esa tarde nos reunieron y nos explicaron sobre el centro de control de satélites de la ESA. Recuerdo que me obligué a preguntar. Había varios españoles más, entre ellos mi futuro amigo Joan y un noruego con el que había coincidido en Toulouse. Esa noche salimos a cenar todos juntos en una taberna del centro y a esperar al día siguiente en que había las entrevistas.
Centro de Darmstadt
Recuerdo estar esperando mi turno para entrar a la entrevista en un pasillo con más candidatos. Cada vez que uno salía nos tirábamos sobre él para interrogarlo. Joan nos comentó que le habían preguntado por Mosaic. No tenía ni idea de que era, nos lo explicó por encima. No había visto ni oído hablar de un navegador Web en mi vida.
Recuerdo estar esperando mi turno para entrar a la entrevista en un pasillo con más candidatos. Cada vez que uno salía nos tirábamos sobre él para interrogarlo. Joan nos comentó que le habían preguntado por Mosaic. No tenía ni idea de que era, nos lo explicó por encima. No había visto ni oído hablar de un navegador Web en mi vida.
Una vez dentro, había una mesa enorme con unas 15 personas. Eran los jefes de cada departamento. Podían cada uno elegir un becario. Estuve allí al menos 15 o 20 minutos y sí, me preguntaron por Mosaic. No recuerdo más preguntas pero seguro que salió lo que había hecho en Toulouse programando en C.
Esa noche me fui con otro español por Frankfurt a visitar el mercado de Navidad y después vuelta a casa.
Pasaba el tiempo y no tenía noticias. En Toulouse me presionaron de que si quería volver era el momento. Les dije que bien, que volvía pero que si me llamaban de la ESA aceptaría. Así fue: me reinstalé en Toulouse y al mes me aceptaron en el ESOC. Para esa segunda etapa en Toulouse de sólo tres meses había llevado un Ford Fiesta viejo que compré en una subasta. Fueron unos meses fantásticos y no estoy seguro de si hice bien en irme. El caso es que tuve que hacer revisiones médicas, radiografías, rellenar montones de papeles, listar todas las enfermedades de familiares y antepasados, etc. para entrar en la ESA. A principios de marzo llené mi coche y con un amigo francés que iba a Frankfurt fuimos conduciendo primero a Lyon, donde visité a mi amigo Thierry y dormimos en su casa, y al día siguiente hacia Darmstadt.
En el ESOC yo pertenecía al departamento de Operaciones de Misión, tenía un jefe francés y un supervisor inglés. Eran los "clientes" del software de control de satélites que estaban desarrollando en el departamento de Procesamiento de Datos, con el que no se entendían bien. Era el proyecto estrella de la época, pero habían gastado el 200 % de presupuesto para sólo tener desarrollado el producto al 40 %. Ya habían cambiado de Jefe de proyecto, pues las cosas no funcionaban. Su idea era "prestarme" para infiltrarme allí e intentar entender que demonios pasaba. No sé si fue el "síndrome de Estocolmo" o que me entendía mejor con los informáticos. En poco tiempo fui uno de ellos y les daba la razón en todo. Cada vez tuve menos relación con mi propio departamento, hasta que llegó ser sólo burocrática para pedir vacaciones.
En mi departamento de adopción teníamos un jefe de proyecto y muchos compañeros ingleses. Casi todos eran personal de varias empresas europeas (inglesas, danesas, italianas) que estaban allí subcontratados. Había un español, Pedro, que fue con quien más colaboré durante ese año. Era experto en C++ y desarrollaba funcionalidades que se tocaban con los Editores que desarrollaba yo.
Fue el trabajo en el que peor lo pasé. Mi primer mes fue de leerme el libro de C++ para aprender el lenguaje que todos usaban. Luego me tocó entrar en el proyecto pero era complicadísimo. Un día le dije a Pedro que iba a renunciar y gracias a que él me dedicó una semana pude entender como funcionaba y poder empezar a ser productivo. No fue un departamento especialmente acogedor, pero en el ESOC había muchos españoles, italianos, franceses, otros becarios. Nos veíamos para comer en la cantina y lo pasábamos muy bien. A nivel de idiomas fue fantástico. Pude seguir practicando francés e inglés y aprendí todo el poco italiano que sé. Allí empecé a poner en práctica el "habla con cada uno en SU idioma". En mi departamento sólo había un alemán y los idiomas oficiales eran Inglés y Francés.
El proyecto se hacía en C++ sobre workstations Sun en Unix (Solaris) y unas librerías gráficas. Teníamos servicio de News para pasarnos información del proyecto, había que hacer un informe semanal de nuestro trabajo. Cada 15 días había reunión de departamento y con tanto inglés hablaban muy rápido. El día que me tocó coger las "minutes" (acta de la reunión) lo pasé fatal.
Cada noche podíamos copiar al servidor nuestro trabajo, pero debía ser una versión estable. De noche se recompilaba todo y no había nada peor que llegar una mañana y que hubiese aparecido un error en tu parte del programa...Una vez me pasó y todo fueron murmullos al llegar. Ese día no había ejecutable actualizado.
A mi me hacía mucha ilusión aprender alemán. Al llegar un español me dijo: "¿aprender alemán?, ¡olvídalo!, mejor acaba de aprender bien Inglés".
Después de haber aprendido bastante bien el Francés en menos de un año estaba muy animado en ir a por el alemán. Ese comentario de sentó como un tiro y me picó muchísimo. Lo cierto es que aunque allí había cursos de alemán (que yo no hice), la gente no lo hablaba en el ESOC. Puse en marcha todos mis recursos para aprender idiomas:
- En Toulouse había comprado el curso Larousse con cassettes. Estaba en Francés, pero eso ya no era un problema, más bien un aliciente extra. Cada tarde hacía mi lección. Prefería dedicar tiempo a estudiar que a ir a clase. No me importaba el leer o escribir, ¡quería hablar!
- Me apunté a un equipo de fútbol, el Germania de Eberstadt (pueblo al sur de Darmstadt dónde vivía). Allí el idioma oficial era un dialecto del alemán. En una futura entrada ya hablaré de fútbol y viajes. El problema fue que en mi mejor partido me lesionaron en un tobillo y ya no volví a jugar. De todas formas en los entrenamientos aprendí mucho de fútbol y me lo pasé bien.
- Busqué amigos alemanes con los que hablar. Encontré varias personas con las que hacer intercambio español/alemán. Tras varias decepciones encontré el definitivo: ¡Hölger! Con él iba a hablar muchísimo y con Joan íbamos a ser grandes amigos.
- Con Hölger fuimos a cursos de baile (por supuesto en alemán)
- Organicé unas reuniones en el Kultur Café (el nombre es casualidad) de las personas que conocía que querían hablar alemán. Aunque en el trabajo hablásemos otros idiomas, allí era todo en alemán.
- En la calle sólo hablaba alemán, bien o mal, pero no recurriría nunca al Inglés.
- Conocí a los Erasmus, que ellos sí llegaban con buen nivel de alemán ya que estudiaban en la Universidad en ese idioma. Hice varios amigos y fuimos a muchísimas fiestas que montaban.
Todos los trainees sabíamos que el trabajo era por UN año sin posibilidad de renovación. A los pocos meses de llegar, un americano nos reclutó para una lista de personal de su empresa que debía hacer una propuesta a un proyecto que nunca surgió. El año se iba acabando y pronto me iba a quedar sin trabajo. Escribí a IBM por toda Europa y me llamaron a una entrevista de Heidelberg, a dónde más nos gustaba salir desde Darmstadt. No fue bien y no me cogieron. También hice dos entrevistas en una empresa de consultoría de París. Allí fallé a la segunda. Poco antes de acabar mi año, me ofreció un contrato una empresa italiana. Yo ya había previsto pasar un mes en Argentina de vacaciones. No sabía si cogerlo o no. Hablé con Tomeu, un mallorquín que trabajaba fijo en la ESA y me comentó que ese proyecto estaba tocado de muerte. Efectivamente al volver de Argentina, no había proyecto. Hice bien en no aceptar.
Durante el año en Alemania viajé muchísimo en tren: Munich, Alemania del Este (ya reunificada), la Selva Negra, el lago de Constanza, Suiza con mis amigos de Francia, a la boda de Thierry en Cassis, Kos (isla griega), etc. Muchos viajes fueron en coche, con el mío, el de Joan o el de Hölger.
Durante los últimos días, tanto antes como después de mi viaje a Argentina ya había dejado mi casa. Pude estar unos días más en Darmstadt arreglando la vuelta en casa de amigos como Joan. Poco antes del verano, volví con el Ford Fiesta hacia Barcelona y luego barco a casa. Me tocaba volver a buscar trabajo.
carta de recomendación
carta de recomendación
Kico, no sabia que mi traje fuera del Corte Inglés. Con qué cosas te quedas! Por cierto me encanta la foto!
ResponderEliminarQuerías ir a Holanda... la verdad es que es precioso... la pena no haber podido ir al barrio rojo xD
ResponderEliminarFui a Holanda y a ver a unos amigos durante mi estancia en Alemania. Y al barrio rojo también, ¡por supuesto!
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