sábado, 7 de marzo de 2015

Camino a Munich, una noche a lo Tom Sawyer

 Würzburg, sobre noviembre de 1995

Durante mi año en Alemania tenía mi viejo Ford Fiesta, así que no podía viajar muy lejos en coche. Mi medio de transporte fue el tren, con la D-Bahn. Mi primer viaje fue a Alemania del Este en un puente y cuando me dejé la perilla por primera vez. Como los viajes en tren eran carísimos, me hice la "Bahn card" y así los viajes me salían por un año a mitad de precio. Otra posibilidad de viajar barato era con los billetes Schönes-Wochenende. Con uno de estos me fuí con mi amigo Eduardo a Munich.

                                                Estación de tren en Darmstadt

Un fin de semana decidí ir a Munich con mi amigo Eduardo, uno de los Erasmus que conocí - estudiante de arquitectura. Allí él tenía unos amigos y nos podíamos quedar a dormir en su habitación de la residencia de estudiantes. En saco de dormir y en el suelo, todo un lujo...
La idea era viajar barato. Mi amigo era estudiante y no podía gastar mucho. Y ya sabéis que yo valoro mucho más un viaje barato, tiene más mérito. A ver que os parece este. Como era difícil conectar desde Darmstadt hacia Munich sin pasar por Frankfurt, Joan nos llevó en su coche hacia Würzburg y nos dejó en la carretera. La idea allí era hacer auto-stop y ver hasta dónde llegábamos.

El viaje empezó mal enseguida. En cuanto Joan nos dejó, empezó a llover. Y cada vez más. Para resguardarnos, buscamos un lugar en la estación de tren. La idea creo que era pillar un tren con el Schönes-Wochenende. Con estos billetes podían viajar hasta cinco personas un fin de semana en trenes regionales. Las condiciones han ido cambiando, pero aún existen. En esa época creo que sólo valían 15 DM (Marcos). No pudimos salir el viernes en uno de esos trenes y nos quedamos vagando por la zona de las vías. Se hacía de noche y seguía lloviendo. Podríamos haber llamado a Joan que nos volviera a recoger, pero eso era rendirse. Vagando por las vías muertas de detrás de la estación vimos tres vagones aparcados. Probamos de abrir la puerta de uno de ellos y estaba abierta. Entramos. Al rato nos colocamos los sacos de dormir y decidimos pasar la noche allí. Toda la noche hubo ruídos, pero nuestro vagón no se movio. Nos daba pánico que nos pillaran allí metidos, pero tuvimos suerte. Por la mañana vimos que de los tres vagones, sólo quedaba el nuestro. Los otros dos los habían enganchado y estaban viajando. Nos salvamos de despertarnos en Rumanía...
Por la mañana ya pillamos nuestro billete de tren y con varias conexiones llegamos a Munich. La anécdota fue que alguien me preguntó si Eduardo era mi hijo. Él tenía 19 años y yo unos diez más. No creo que pareciese tan viejo como para ser su padre!!
Allí conocí a los amigos de Eduardo, paseamos mucho y fuimos al museo de Telecomunicaciones dónde vi expuestos algunos ordenadores que yo había usado pocos años antes.
No recuerdo mucho más de ese viaje. Creo que no tengo fotos. He vuelto posteriormente a Munich y es una visita muy recomendable, pero no es una ciudad que aún conozca bien.

                                                               Munich

Durante mi año en Alemania viajé muchísimas veces en tren y amorticé la Bahn-card: París dos veces (por entrevistas de trabajo), Cassis (cerca de Marsella, a la boda de mi amigo Thierry), Alemania del Este, Frankfurt varias veces, a Suiza, etc.
En tren se viaja muy bien: se puede ver el paisaje, se conoce gente y uno puede estirar mucho más las piernas que en un autocar, un coche o un avión. ¡Y además puedes dormir !
 

2 comentarios:

  1. Farem un segon comentari que no sé si el primer s'ha perdut per entre bits i bytes.

    Deia que se n'han de tenir ganes per viatjar així! Ja saps que jo sóc més "comodón"! En tot cas recordo perfectament aquesta aventura. Jrjrjjrr!

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  2. Si, joan. Tu vas dormir molt bé a casa teva de Darmstadt!!
    Jrjrjjrr

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