sábado, 4 de julio de 2015

Un mes en Argentina (2/2)



Argentina, abril de 1996

leer la primera parte
Según GoogleMaps, me sale que hice más de 7.500 Km en mi mes de viaje. Una matada hacerlo todo en autobús, pero fue la mejor manera de ver y disfrutar Sudamérica a tope y a un precio razonable. Viajando por tierra uno aprecia realmente las distancias como realmente son y conoce más gente del lugar. En avión se conocen más turistas y extranjeros.

Aún así, en mis primeros días en Buenos Aires, organizando mi viaje, descubrí que había un paquete de vuelos internos para sudamérica (o Argentina, no recuerdo) que estaba muy bien de precio. Creo que eran 4 vuelos, lo que me habría bastado. El problema es que había que comprarlos en otro continente y ya era tarde para mi.



http://www.ramondelarocha.com/blog/zenit11.jpg


Ya llevaba casi dos semanas de viaje, andaba por Iguazú, en el norte de Argentina,  y en la parte más occidental, en Mendoza, me esperaba mi amigo Julio, al que conocí en Checoslovaquia en el año 90. Había acordado con él en llegar el fin de semana para que pudiera estar conmigo. Para llegar a tiempo tuve que empalmar 3 noches seguidas de autobuses pasando por Resistencia y Córdoba. En cada uno de estos lugares pasé el día, antes de irme “a dormir” al autobús. Viajar de dia era un “lujo”: se podía ver el paisaje, pero sólo tenía 30 días de viaje y había que viajar rápido para ver el máximo de cosas. Y una vez que quise ir de día para ver el trayecto en una zona en teoría interesante fue un desastre de paisaje. Así que si llegáis a Foz de Iguazú en autobús desde Curitiba, ¡mejor viajad de noche!

Resistencia fue un lugar terrible: muy pobre, muchas calles sin asfaltar, nada para ver... Aún recuerdo una foto que me hice con la gente de allí. No exagero al decir que quien nos hizo la foto era la primera vez que veía una cámara: éramos unas 6 personas a 3 metros y sólo acertó a sacarnos a 3, y cortados.

Cada noche de bus era más cansada que la anterior. Aún así, el día en Córdoba fue muy chulo. La ciudad era otra cosa: centro animado, gente y un lugar de nombre Carlos Paz en los alrededores a dónde llegué en bus. Lo pasé bien y ya sólo me quedaba una noche de bus para llegar a la casa de Julio en Mendoza.



Recordando nuestra residencia en Brno

Río Mendoza

Una vez allí, conocí a la mujer de Julio (o aún era novia??), descansé uno o dos días mientras veíamos la ciudad y luego con una amiga de ellos en coche cruzamos los Andes. Pasamos por el Puente del Inca (fue un hotel de baños termales que fue destrozado por un alud), vimos el Aconcagua desde la carretera y llegamos a Chile. En esa carretera, de noche, vale la pena parar para admirar las constelaciones del Sur. Nosotros lo hicimos a la vuelta. Dicen que hay más estrellas que en el norte. También hay que comprobar cuando se va al Hemisferio Sur, en qué sentido rueda el agua al irse por la bañera. 


  Puente del Inca
                 


Aconcagua, la montaña más alta de América - 6.962 m (*)
                      

En Chile vimos las empinadas calles de Valparaíso, Viña del Mar, etc. En el Pacífico había muchas olas, impresionantes. Les hice algunas fotos y fue imposible nadar. Además el agua estaba muy fría. Lástima no tener más tiempo para ir hacia el sur a ver los grandiosos paisajes que debe haber. En otra ocasión será.

Rocas vecinas - playa Zapallar - Chile


Una vez de vuelta en Mendoza, que fue una ciudad de tamaño medio muy agradable, llena de árboles y ríos secos, pillé un bus con destino sur hacia los 7 lagos y Bariloche. Es una estación de esquí, pero en Abril no hay nieve. Tampoco había mucha gente pero tuve que comprarme unos guantes y llevar puesto casi todo el tiempo el impermeable que llevaba. De noche lo usaba de almohada en el autobús y de día de abrigo. Bariloche tiene un paisaje alpino, con un gran lago y varias excursiones interesantes. Una vez reservé mi hotel y dejé mis cosas, me fui en autobús a Villa la Angostura a ver el Bosque de Arrayanes del que tanto me habían hablado. Son los árboles que salen en la peli Bambi de Disney. Allí caminé muchísimo, lo pasé bien, y tuve un breve encuentro con unos toros parados en medio del camino. Fui todo el tiempo solo y sabiendo que seguramente perdería el bus de vuelta a Bariloche. Mi idea era alquilar una bici, pero llegué a la hora de la comida y estaba cerrado. Hay una curiosidad de esa excursión: una de las diapositivas que hice con mi cámara muestra el bosque con una chica arriba de un árbol. Tiene que ser un efecto óptico, pero todo el mundo que la ve, dice que está allí.

Bueno, esa noche me tocó buscar otro hotel y se dió la coincidencia de que yo fuí el único huesped en los dos hoteles que pagué. En el de Bariloche debieron pensar que me fui de parranda, pues llegué al amanecer cuando regresé de mi accidentado viaje.

Me pasó igual que con Río: no me dio tiempo de seguir más hacia el sur de la Patagonia, hacia Perito Moreno, un glaciar que dicen es expectacular. Me tocó ir volviendo hacia Buenos Aires pues pronto se cumplían mis 4 semanas de viaje. Así y todo iba a parar en Puerto Madryn, dónde se ven lobos marinos y ballenas. Alquilé una bici y fui por caminos de tierra a ver la costa. Con las vibraciones se me salieron los tornillos de la cámara Zenith y me quedé sin poder fotografiar, al día siguiente, las ballenas. En Puerto Pirámide me embarqué con más gente en un bote a motor que nos llevó a buscar ballenas. Al rato vimos los chorros, cambiamos el rumbo y ahí estaban: al menos hubo 3 que nos rodearon y pasaron por debajo de la barca. Sacaron la cabeza y vimos sus enormes ojos. Algo inolvidable. Muy amigables y fantástica experiencia. Incluso nos dieron un diploma de “avistaje de ballenas”.

También quería ver los pingüinos, pero me dijeron que ya hacía frío y se habían ido a Brasil...

Este viaje fue tan tranquilo que faltaron algunas aventurillas. La única se produjo unos dos días antes de volver a Europa. Como iba haciendo durante todo el viaje, fui a un banco con la tarjeta de crédito y pedí algo de dinero. Me dijeron que había llegado al límite y no me podían dar más. Seguramente por el depósito de la moto que alquilé en Brasil. Tenía sólo unos 3 Euros en el bolsillo y un problema para hacer los 1000 km que me faltaban hasta Buenos Aires. Por suerte, probé de comprar comida en una tienda y para pagos sí me funcionó la tarjeta. Puede que no comprobase al momento el límite o que hubiese límites diferentes, no śe. La cosa es que a una tienda le ofrecí que me cobrasen dinero de más y me diesen el resto en metálico. No aceptaron ya que decían debían cuadrar la caja. Y el capullo me dijo: tranquilo, esto es parte del viaje!!

Pude pagar los buses de vuelta a Buenos Aires con la tarjeta y lo único que no me dejaban pagar así fueron las tasas del aeropuerto. Cuando vieron que si no me dejaban con tarjeta no las iban a cobrar, también entraron en razón.



https://www.google.com/maps/d/edit?mid=zTJ7mxg6A694.k9tw-or5ZO7Q&usp=sharing


Creo que desde entonces llevé cheques de viaje por si acaso.
Un último comentario sobre Argentina: los argentinos son super-simpáticos y me caen estupendamente. Sólo hay que tener una precaución con ellos: si les pides por algún lugar y no lo conocen, nunca te dirán que no lo saben. Su orgullo no se lo permite. Te dirán de ir por dónde les parezca, pero con eso puedes perderte. Si sospechas que no lo tienen claro, vuelve a pedir a otra persona por si acaso y si te lo dice diferente del primero ¡¡busca alguien para desempatar!!
Tras el regreso a Darmstadt, el proyecto italiano que me habían ofrecido estaba sentenciado. Había hecho bien en no aceptarlo y así disfrutar el viaje. Vi a mis amigos, recogí mis cosas en mi viejo Ford Fiesta y rumbo a casa. Al igual que a la ida, paré en Lyon a ver a mi amigo Thierry y el coche llego bien justo a Barcelona dónde el carburador daba problemas. Pasé la noche en casa de mi prima, con el coche lleno de trastos en el párking. Al día siguiente barco a Menorca y a preparar un verano en casita que iba a ser especial...pues trabajaría en un hotel de animador de deportes.


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(*) «Aconcagua 13» de Mariordo Mario Roberto Duran Ortiz - Trabajo propio. Disponible bajo la licencia CC BY 3.0 vía Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Aconcagua_13.JPG#/media/File:Aconcagua_13.JPG

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